Izquierda y derecha y muevo la pierna derecha sobre la izquierda y viceversa y muevo la cadera y se mueve la silla y sigo y sigo y sigo.
Maldita sea mi concentración
Maldita sean los 15 escalones que hay hasta la planta de abajo.
Maldito sea el café.
No dejo de bailar sobre mi silla.
No puedo parar.
Ni de leer tampoco.
Maldita concentración, es más.
Termina siendo entretenido.
Curiosa sensación, diría.
No es que me agrade, pero estoy segura de que en cuanto esto acabe será placentero, casi tanto como un orgasmo.
O eso dicen.
Pero quién me mandará a mi ser tan vaga.
Quién mandará a los putos arquitectos diseñar la casa así.
Mis bailes incesables están llegando a su límite.
Me entra un escalofrío y temblores.
No aguanto más.
No puedo más.
DIOS
....
Me voy a mear...
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