lunes, 11 de enero de 2010

Violencia en los medios de comunicación


¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?

Mis padres no me dejaban ver películas de guerra ni tener videojuegos violentos, hasta que tuve cierta edad. Tanta violencia, decían, me podía corromper… “los niños que pegan son los que ven estas cosas…”

Y eso es lo que muchos creen o creemos. Sin embargo ahora no estoy segura de que excusar la violencia con la “corrupción” televisiva, sea del todo cierto. Bien es verdad que los medios de comunicación están saturados, no solo de violencia, sino de información. Ver sangre ya no es algo impactante e incluso en los dibujos animados, que un gato aplaste a un pajarito con un martillo gigante, es algo cotidiano. Ver a dos marujas insultándose en el programa de Ana Rosa o incluso llegando a las manos, nos resulta gracioso y en internet son millones los videos sobre chavales pegándose unos con otros (que cuelgan el vídeo como un trofeo), o niños que sufren bullying por parte de sus compañeros de clase…

Pero, sinceramente, ¿nos hicimos violentos a base de ver tele?, o, ¿la tele está llena de violencia porque refleja la sociedad que somos, unos violentos?
Sin duda los tiempos han cambiado, pero ese niño del que ahora hay un vídeo en Youtube sobre la paliza que le meten todos los días en el cole o los insultos que le llegan vía cartitas, en clase; también existía hace 50, 60 y 70 años, pero sin vídeo.
“Mi hija intentó matarme, es que ve mucha tele…le han lavado el cerebro…” Sí, claro, y usted la ha educado mal.

El hecho de que la tele esté llena de violencia no justifica que esta se nos clave en el subconsciente. Yo estoy de acuerdo en que la violencia televisiva es excesiva, pero todos esos niños que terminan con problemas, probablemente pasaban horas delante de la tele, o de la Playstation, porque sus padres no tenían tiempo para ellos. Un niño con tanto tiempo que gastar delante de la caja tonta, no puede ser un niño feliz.

A parte del hecho de que en la televisión (y me centro en la televisión, porque es aún, creo, el medio de comunicación más usado por todo el mundo) ponen exactamente lo que la gente quiere ver. Es decir, si la violencia no tuviera éxito, no habría violencia en la tele. Si nos quejamos tanto de la violencia, ¿Por qué le compramos a nuestro hijo el nuevo videojuego sobre guerras y conquistas?, mejor aún, ¿Por qué le compramos a nuestro nene de apenas 4 años, los soldaditos y tanques de juguete para que juegue?, ¿Es acaso un juego la guerra?
Es muy fácil echar la culpa a los medios de comunicación sobre la increíble cantidad de violencia, pero si nosotros no lo quisiéramos, realmente, no veríamos esos programas violentos, ni esos vídeos en youtube, ni esos videojuegos, ni esas películas ( y millones de “nis” que se me ocurren)…

En definitiva, creo que, sí, evidentemente los medios de comunicación están plagados de violencia; pero no es nuestra violencia fruto de esto, sino que están plagados de violencia porque nuestra sociedad violenta pide a gritos (en secreto) que la haya.

domingo, 3 de enero de 2010

Lo de siempre

Llego tarde. Mierda
Correr, correr, jadeo, jadeo, parar, respiro. RESPIRO.
Lo mismo de siempre. Sudor, calor, estrés. Transbordo. Línea 10, como siempre. Una, dos y tres paradas. Abajo. Izquierda, línea 5; derecha, salida. Correr, correr ¡AH! ¡PARANOYA!. Mirada rápida… ¡SOS!, ¡hombre extraño detrás!...miedo, miedo, adrenalina y más miedo… ¡FIU! Falsa alarma.
Escaleras. Arriba, arriba, arriba. Luz del día. Gafas de sol que tienen más flow. Retoque rápido en un retrovisor, cepillado de pelo de emergencia, ajuste de ropa y a volar.
Volar al cruce de cebra… diez metros, cinco, tres… ¡ESTÁ AHÍ! Me ve por el cristal. Sonríe y se levanta…
¡Cerebro llamando a piernas! Se acerca, se acerca, tembleque y me besa. ME BESA.
Me besa…como hace a diario desde hace nueve meses.
….y aún no me acostumbro.
[…]
En su coche. Abre, arriba, ajuste de asiento, bajar el espejo, mirada presumida. Él revisa el coche, como siempre. Entra. Me da el Ipod. “Ponme música”, como siempre. “¿Qué quieres que ponga?”, como siempre. “Lo que tú quieras”, como siempre. Y luego, como siempre, pongo las mismas canciones que tanto nos gustan en los veinte minutos del camino de siempre. Y, también, como siempre, pasamos el camino sin palabras, cantamos y desafinamos las partes de siempre.
[…]
Mi casa. Ahora, también la suya. Saludos rápidos. Cortesía familiar. Escaleras. Sonrisas. Risas y expectación. Miradas con triples mensajes y contoneo de regalo.
Habitación. Desordenada y a la mierda.
Cama, o no. Mesa, o no. Suelo, o no... Arriba, abajo, sudor, calor y amor. Para, sigue y repite otra vez toda la coreografía... Despertar a su lado. Diez de la mañana. Girar y abrazar, lo tengo más que aprendido...
…es lo de siempre.


Lunática para la Comunidad.

((Fight for peace is like fucking for virginity))